julio 19, 2010

Algo sobre_Imagine

Francisco miraba por la ventana. Las cuerdas se deslizaban por las yemas de sus dedos y la ausencia de frío dejaba el espacio exacto, preciso en el espacio,  de vacío, para que el roce fuera leve y melódico, sólo por el instante de pulsar la cuerda y que al rozarlas sonase el acorde deseado. Rasgueaba sobre el día de mañana, en el día en que desde su ventana se viera el mar por el oeste. Su alma pacífica dejaba iluminar las estrellas desde la tranquila esperanza, levemente triste y de una dulce atmósfera azul anaranjada. Francisco miraba por la ventana, y lentamente, el tema de John Lennon se lo dedicaba a la noche profunda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario