octubre 15, 2010

Hombres trabajando, disculpe las molestias.

Obra en receso, los actores descansan en sus camerinos, el escenario está vacío y ajeno. Es entonces cuando… ¡ahí! ¿No los ven? Los personajes retoman sus vidas en la oscuridad tras el telón. Nadie los ve, y su drama se vuelve comedia lluviosa, una vida digital de diálogos de sordos. Son las vidas de los que viven detrás. La obra vuelve a comenzar y se encienden las luces y se abre el telón. Desaparecen las sombras, y su drama incomprensible. Los trabajadores ya habían ajustado el escenario para un nuevo acto. El público espera.

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