diciembre 04, 2010

Precuela

El último joven revolucionario corre azotado por su alma, se niega a sentarse y disfrutar del espectáculo. Pobre inadaptado, llueven circuitos que sobre las sienes marcan un surco digital, de realidades inventadas y deseadas.
-¿Buscan respuestas?
-¡Sí, queremos sentido!
-¡Entonces lluvia! Ojos digitales, visión 3D, ¡nuevo mundo a estrenar a precios de taquilla!
 El último mundo gris desaparece. No porque realmente lo haga, los nuevos ojos, son lentes de ámbar que ocultan como gafas al mundo submarino, sino porque entregan una nueva visión, aquel personaje que tanto anhelabas. Es tu sueño, ¿no?, aún mejor. Mister Hide te devuelve la mirada, una Entrevista con el Vampiro te espera, Lestat, ser Neo en esta nueva Matrix puede ser una gran aventura. ¿Cómo ocultar el terror en que se convirtió este mundo? Bueno, los emprendedores tuvieron la respuesta. Claro, la ciencia siempre tiene nuevos avances. Bienvenida, realidad virtual, ahora soy más feliz dejando de ser yo; ahora me oculto en el terror de ser quien siempre quise ser. La fantasía muere, hoy una vez más.
 Corre, corre el último revolucionario. Está rodeado en las calles grises, con surcos verdes electrónicos, de personajes que duermen. Las computadoras calculan todo, jamás se entrometerán en el camino del otro. Nadie se cruza en su camino lamentablemente. Sólo ven una desagradable sombra moverse. Hasta que llega una bella luz que le impide el camino. ¿Quién es él?
- Hola, querido XForever, ¿cómo estás?
-¿Eres M4n1qu1,  Jefe de Empresas STAR ONE?
-Me alegra ser conocido por ti.
 El abrigo de XForever ondeaba al viento, aquel viento del aire acondicionado. M4n1qu1, arriba de su carro de batalla plateado, no se dejaba mover, su traje de terno y corbata, apretadísimo, no ondeaba bajo ningún movimiento planetario, era perfecto e impío.
-¡¡Amigos!! ¡No confíen en sus sentidos! ¿No se dan cuenta de la lluvia que cae?
-No te escuchan, oyen lo que quiero que oigan.
-¡Bastardo de mierda!
 XForever se lanzó con un bastón metálico en sus manos, pero los nuevos guardias son bastante rápidos. Le reducen rápidamente, y queda a merced de su enemigo. De su bolsillo, los lentes color ámbar brillan en la verde lluvia, refleja el suelo gris, con todos los colores del mercado.
 En sus ojos, ¡en los ojos de XForever! La ciudad desaparece, ¡son campos de pasto seco! Y es Morgoth quien lo mira, y tiene una espada, y es negro, y ¡El Castillo Angbang está detrás! Soy Fingolfin, el Jefe de los Elfos Noldor, y blando mi espada.
 Chocan las hojas de metal, cayendo, subiendo, la espada gigante de Morgoth corta la luz, la de FIngolfin destruye el abismo material, el terror del más negro de los hijos de Éru, Dios. Afuera todos ven la animación como desean, y XForever da su vida por ellos. La sangre salpica en el suelo, en el ámbar de aquellos lentes. Morgoth está herido en su pierna, ¡vamos, Fingolfin! Pero el malvado saca su martillo, ¡no! ¡Sus huesos…! Mancha roja de los trozos de su cuerpo en la acera. Fingolfin cae, derrotado. Los lentes de XForever se trisan en la tierra del pasto seco /en la calle gris.
 Una niña lo mira.
-Mentira- dijo.
 Su cabeza se deja cae, y con ella, el último revolucionario murió en la acera.

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