enero 13, 2011

Nueve mil millones

Del choque en la orilla, la frontera entre el agua y la tierra, la orilla misma de la locura del mar, la tierra se cubre por la verde espuma y en el viaje el olor salino impregna la arena de mis olvidos.  Me olvido del libro que escribo, leo sus páginas jamás escrita mientras subo sus altas dunas. Me recojo entre sus letras extrañas lineales, hojas amarillentas, el mar sube hasta la cima, la arena mojada no llega hasta mí. Las gotas de mar salpican el aire, temeroso de que llegue hasta él; el libro expulsa su contenido a mí, al terminar el capítulo huyo del mar que traga la arena, traga la playa, la orilla lo consume.
 En la ciudad los edificios tienen colores, salpicados de gris y mugre salina. Tenemos mucho dinero, mi hermana y yo vamos en la limusina. Mi padre ¿qué harán de sus vidas? Ella se casará, y en la limusina, voy yo recordando mi libro, ella y sus dos guardaespaldas. Las últimas palabras fueron “recuerda a los 9 mil millones”, y mis manos son pinzas escarlata de mi insecto interior. ¿qué te pasa hermano? Pregunta ella. Nada, mi brazo amarillo exoesqueleto, el guardaespaldas su rostro escarlata, coraza que guarda un jugoso secreto.
 ¿Lo quieres saber? le dice él mientras bajamos de la limusina a la plaza, llena de gente, ¿quieres saber que se siente no pertenecer a los nueve mil millones? El público espera, la muchedumbre celebra la nueva conversión, ¿quieres saber que se siente no pertenecer a los nueve mil millones?

*imagen del Test de Rorschach [no se si estoy infringiendo derechos de autor o no, xD]

1 comentario: