febrero 02, 2012

La Casa en Llamas



 Imagina un anciano de infinitas riquezas y gran sabiduría, imagínalo vivir en una casa de inconcebibles dimensiones, de madera podrida y cimientos endebles. Donde en cada habitación viven sus hijos rodeados de todos los lujos, creaciones para satisfacer cada uno de sus deseos. Los pasillos, atestados de fantasmas y lobos, vientos de plagas y epidemias, demonios hambrientos y cadáveres no-muertos, y dioses crueles e inhumanos, devoradores de almas y sueños. De aves de rapiña y de bestias obscuras y desconocidas.
 


 Imagina que un día el fuego se inició desde las cuatro esquinas de la casa, arrasándolo todo en pocos minutos. La casa entera ardía sin remedio, matando en los pasillos a los terrores que lo asechaban, y amenazaba con consumir a sus habitantes devorados en cenizas.



 El anciano, sin embargo,  huyó rápido del lugar. Ya afuera, se percató que sus hijos aún no salían y pensó:



-Yo puedo entrar y sacarlos, aún tengo brazos ágiles y fuertes. Mas no alcanzaría a salvarlos a todos, y tendría que escoger a quién salvar. Tampoco puedo llamarlos y atraerlos al exterior, están atrapados, ciegos y sordos, por los lujos que puse en sus habitaciones, por más que les grite no me escucharán.



 Entonces tuvo una idea.



 Entró a la casa en llamas, y gritando a viva voz les dijo: ¡Hijos! Afuera tengo para vosotros juguetes y joyas de inestimable valor. Hay vehículos para que podáis ir a donde queráis, y todo para ustedes, ¡sólo deben venir hacia afuera!



 Y así corrieron con todo lo que daban sus piernas para salir, atraídos por la ambición y el instinto. Como enrabiados por el deseo, necesitados de más y más afecto.



 Ya afuera, la casa cedió y el fuego quemó a los últimos miedos escondidos entre las vigas del techo.



 Afuera, los hijos preguntaron a su padre:



-¿Dónde están los juguetes y vehículos que nos prometiste?



 Y él les dijo.



-Solamente he usado un medio hábil para sacarlos de la casa antes que el fuego cayera sobre ustedes. Pero sí, os prometí algo y planeo cumplirlo.



 Entonces, le dio un bastón y los mandó al mundo.


-Imaginad-les dijo- que el mundo es un gran patio de juegos. Imaginad que su cuerpo es el vehículo. Ahora, pensad que vuestro pensamiento es la herramienta, y que el mundo es la tierra que debéis formar. Les he dado la joya más preciada, un futuro. Nunca más habitéis o construyáis una casa en este lugar.

10 comentarios:

  1. Me agrada haber conocido tu escritura, es sin duda alguna una de las mejores que he leido en el último tiempo, en sí, si bien no conozco tu poesía, me imagino que no será decadentista, que es lo que tiende a predominar actualmente, sino que algo sin lugar a dudas mejor. Por otro lado, es muy simbólica tu escritura, desde el tipo deplagas que aparecen, que representan a mi modo de verlos, miedos individuales y colectivos. Por otra parte, as enseanzas del apdre y las herramientas que les da sus hijos, son igualmente simbólicas. Saludos! Ah! me gustó mucho que la descripción fuese casi pictográfica. :)

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    1. Gracias por tu positivo comentario ^^. Esta historia es un cuento budista, que a primra vista no me gusto mucho, y lo arregle a mi parecer y lo actualice un poco. Me alegra que te gustara =D.

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