
Luces lejanas que
contrastan con la oscuridad, no se ve nada más hacia el horizonte, oscuridad
perpetua, como si no existiera nada, brillando en el fondo
oscuro de una noche fresca. Aire frío que inunda mi alma, calma mis ansias y
relaja mis hombros, ¿cuánta oscuridad existe al final de las luces? Es una
niebla, infinita. Luces lejanas que
brillan en un manto más oscuro que el día que jamás llegó. Hasta una mañana
terrible, que apaga las estrellas, apaga las luces, lejanas, que mueren. Y entonces, la seguridad del
terror.
Mis ojos abiertos de trauma ardiendo, de soledad eterna, invisibles en la densa oscuridad. Sólo un débil rayo de luz dorada toca mi frente. Un recordatorio. Un desafío. Jamás saldrás de aquí.
Luces lejanas se apagan en un terrible amanecer.