septiembre 12, 2013

Engranaje Rojo


 Ese día, el padre le regaló a su hijo un pequeño autómata de engranes, un guerrero que blandía su espada contra un enemigo invisible. Se movía ante la presión de un botón secreto, una tela de color oro y bronce lo ocultaba; el mecanismo siniestro se accionaba, y el alma del guerrero se agitaba. Caminaba, cortaba, vivía, pero moría cuando los contrapesos terminaban su movimiento fantasma.