julio 20, 2011

Meteorología del Caos

 Llueve sobre la ciudad, ácido líquido que corroe el asfalto. Está en la lluvia la frustración, se agota en cada gota caída para deshacerse violentamente. Nueva nieve cae como nunca sobre las calles. El frío congela nuestros pensamientos, el frío hace más llevadero el calor interno, el sentimiento que se desborda. Y ahora arriba quemando el sol, más ardiente que mil hogueras, fríe nuestra alma en los tejados, ¡la ciudad desaparece bajo la meteorología del caos! El final catastrófico de la educación. Vienen las olas, vienen los vientos, ¡se acercan sin demora! ¡Era tan hermoso! ¡Era tan hermoso nuestro sueño! Se acerca el cambio, lo siento bajo mis pies; el hormigón tiembla, la madera cede, contra el agua no hay fuerza humana capaz de, contra el viento no hay fuerza mecánica capaz de, resistir fue sólo la tentación de la razón. Las nubes han terminado. Llueve tranquilamente sobre los restos y la brisa de nuevo es amable. Ya no hay nada que quede por destruir. ¿De quién fue el caos? ¿Quién lo invocó? Seamos nosotros los destructores, seamos nosotros los constructores.

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